Chicory es una flor de Bach muy asociada con la madre, la actitud maternal, puesto que son personas que siempre están queriendo ‘cuidar’ y a veces sobrepasan los límites, corrigiendo todo aquello que consideran que hacen mejor.
“Tranquilo que ya lo hago yo, que a mi me sale mejor”
Bach la introdujo en el grupo <excesiva preocupación por el bienestar de los demás>.
Flor de Bach para superar la dependencia emocional
La actitud de las personas que siempre quieren cuidar a los demás, estar ahí para lo que necesiten, puede convertirse en dependencia emocional.
La dependencia emocional puede darse en la pareja, en la amistad, en la familia…
Tienen la necesidad de estar cerca de estas personas, con lo que si ellas empiezan a hacer su vida, a alejarse, la personalidad Chicory, sufre.
Síndrome del nido vacío
Este síndrome es un ejemplo, en el que Chicory puede ser muy útil.
Cuando nuestros hijos empiezan a crecer y a hacer sus vidas independientes, podemos sentirnos vacíos. Especialmente quien crea que ha dado su vida por cuidar a los suyos y ahora se ve “abandonada”.
La esencia floral Achicoria, nos permite llenar ese vacío, despegarnos de esa emoción, y de la sensación de que necesitamos tener a la gente que queremos a nuestro lado para sentirnos alguien útil.
Una de las mejores Flores de Bach para dejar de sentirse solo
Achicoria ayuda en el tratamiento de la soledad.
Son personas que se entregan por los demás y en el fondo, siempre están esperando recibir lo mismo que dan. Sus expectativas no se ven cumplidas y se llegan a sentirse “abandonados”.
Es habitual que estas personalidades sean tan serviciales precisamente para evitar la soledad, sentirse amados y llenar un vacío más profundo y quizá con origen en circunstancias del pasado.
Con la toma de esta esencia floral, ese vacío se llena, comprendemos que los demás tienen que hacer sus vidas independientes. Sabemos que nos quieren y no nos están abandonando.
Podemos convertirnos en personas tóxicas si no gestionamos el apego emocional
Pueden tender a tomar las cosas a pecho, ofenderse y dramatizar en ocasiones, con lo que las relaciones con ellos pueden convertirse en difíciles, evasivas y basadas en un gran sentimiento de culpa.
Si, por ejemplo, tenemos una madre que reúne estas características, podemos sentirnos invadidos por ella.
Estando excesivamente pendiente de nosotros, lo hace todo ella y quiere siempre estar cerca. Puede resultar agobiante e incluso anularnos, puesto que no tomamos nuestras propias decisiones.
Por otro lado, podemos ser nosotros los que nos acabemos convirtiéndonos en una persona tóxica para los demás, por un excesivo apego emocional.
Si hacemos las cosas para esperar recibir a cambio, y no cumplen nuestras elevadas expectativas, nos sentiremos poco correspondidos y poco queridos, haciendo sentir culpable a la otra persona.
Para los que nos rodean puede acabar por convertirse en una odisea el tratar de hacernos sentir bien, y demostrarnos que nos quieren para que evitar que nos sintamos mal.
Son ejemplos, de relaciones en las que no se ama en libertad, y no son sanas.
Chicory es un gran remedio natural para estas emociones.
El desarrollo del amor incondicional nos hace ser más felices y hacer más felices a los demás
Hacer cosas por los demás, estar pendiente y preocupado por nuestros seres queridos, puede parecer muy normal y un gran gesto de amor.
Sin embargo, si todo esto lo hacemos para que estén constantemente cerca de nosotros y devolviendo todo lo que les damos, no viviremos en paz ni ellos tampoco.
Con este tipo de comportamiento se crean relaciones tóxicas y basadas en la culpa por no estar a la altura de las expectativas.
El amor incondicional es el amor que damos sin esperar a cambio nada.
El hecho de dar a los demás y verles felices ya nos llena interiormente.
Chicory es la flor del amor incondicional.
La grandeza de dar a los demás sin esperar nada a cambio, y hacer mejor la vida del resto solo por el hecho de estar siempre ahí cuando le necesiten, es lo que es en verdad la persona con las características de esta flor.